Collares de perlas hechos de arcilla y pintados a trozos, cajitas de cartón que esconden un mensaje, lozas de cerámica decoradas con un corazoncíto... regalos que hacen con sus manitas y que las madres recibimos como el mayor tesoro.

 

Mañana se celebra el día de la madre, las reinas de la casa, la persona que nos calma sólo con su voz, la que con una caricia nos quita el dolor o con un abrazo hace que olvidemos el peor de nuestros días, la madres cariñosas y laboriosas que se encargan de llevarlo todo por delante, de luchar por sus hijos día a día, un trabajo indispensable y no siempre reconocido.

 

Nos convertimos en madres de repente, después de nueve meses llenos de miedos y dudas, de nuevas sensaciones, esperas y,  de repente,  le tienes en brazos, sin manual de instrucciones te conviertes en madre y no sabes si llorar o reir. Ahora empieza todo, los llantos, los pañales, los biberones, las noches en vela que te dejan las ojeras durante meses, el no tener ni un minuto para tí..., pero todo lo haces con cariño y abnegación porque todo lo malo se olvida en ese mismo instante en el que esa criatura te mira, se aferra a tu de dedo con su manita y te sonríe.

 

Mañana es una jornada que debemos dedicar a homenajear a todas las madres, agradecerles lo mucho que hacen por nosotros esas mujeres que nunca dicen "no", que siempre están dispuestas a solucionar nuestros problemas y que se desvelan por nuestro bienestar.

 

Felicidades a todas las madres.